jueves, 2 de febrero de 2012

Un día de colegio

Ayer por la mañana estábamos en la clase de Edu, y yo no había hecho los deberes, pensé en pedirlos, pero el profesor es muy buen maestro y seguro que se da cuenta.

-Macarena, ¿Has hecho los deberes?- Me pregunto el profesor con "tonito aquí te pille".
 -No los he hecho, Edu. - Dije con un tono muy bajito y con la cabeza hacía abajo.

Me tiée toda la hora mirando las musarañas y pensando en la clase de Nati, a la que sí le había hecho los deberes.

-¿Quién ha hecho los deberes? - preguntó Nati.
-Yo, yo, yo, yo... - dijimos toda la clase.
-Qué raro, haber enseñármelos – dijo Nati sin creerlo. - Me alegro de que por primera vez hayáis traído los deberes toda la clase. - dijo con mucha alegría.

Y ahora clase de Inglés, me ralla demasiado la cabeza, pero mientras me siga aprobando la aguanto, ahí llega la profe, como siempre regañando.

-Rocío, Yoana, silencio; Sara, tira el chicle y que sea la última vez que diga silencio y que no comaís chicle en mi clase, leche, siempre tengo que venir e irme enfadada, vaya clase. - dijo con muy mal humor.
-Ofu..., maestra, ya vienes riñendo. - dije vacilando.
-Venga, sacar los libros y silencio, que sea la última vez que lo digo, que me vais a dejar afónica de tanto mandaros a callar. - gritó.

Me tiré toda la clase mirando el reloj deseando que tocara el timbre para irme a mi casa, la hora se me paso larguísima pero paso y al fin toco el timbre y me fui a mi casa con un dolor de cabeza.

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